Ninguna embarazada menorquina debió ser enviada a Palma para realizar la prueba de las 20 semanas

Ninguna embarazada menorquina debió ser enviada a Palma para realizar la prueba de las 20 semanas

El Área de Salud de Menorca ha demostrado una total falta de sensibili-dad con el bienestar de las mujeres embarazadas menorquinas, ya que ha esperado a que la noticia de que la prueba de las 20 semanas se es-taba realizando en Palma fuera publicada para busca?r una solución.

Es responsabilidad del gerente del Área de Salud de Menorca, el socialis-ta y médico Antoni Gómez Arbona, proporcionar la mejor calidad asisten-cial y el mejor servicio al mismo tiempo que se generan los mínimos con-tratiempos a los usuarios.

A la vista de cómo se han producido los hechos, en esta ocasión lo que ha habido ha sido desidia hasta que la publicación en los medios ha pro-piciado su resolución.

El Partido Popular preguntará por la fecha en la que debería haber que-dado fuera de uso el aparato, cuándo se tuvo conocimiento de las dudas sobre la efectividad de la prueba, cuándo se empezó a derivar pacientes a Mallorca, cuántas pacientes se han visto afectadas por la incompeten-cia del Área de Salud, cuál ha sido el sobrecoste en billetes y dietas y cuánto cuesta cada servicio prestado por la sanidad privada.

Las embarazadas menorquinas tienen derecho a que la prueba de las 20 semanas sea realizada en Menorca. Para garantizar este derecho, el Área de Salud de Menorca debería haber firmado antes los convenios que fueran necesarios con centros privados de Menorca para evitar los trastornos adicionales que suponen los desplazamientos a Mallorca, cau-sados por la obsolescencia de los equipos que realizan dicha prueba.

Ninguna embarazada menorquina debió haber sido enviada a Palma a realizar una prueba que cualquier centro privado presta en Menorca.

La gerencia del Área de Salud de Menorca se ha demostrado totalmente incapaz de anticiparse a los problemas y solucionarlos antes de que su-cedan, causando un grave perjuicio a las embarazadas menorquinas y sus familias, que son las que han sufrido en primera persona dicha irres-ponsabilidad.

Tener que desplazarse a Mallorca para realizar una prueba rutinaria su-pone perjuicios adicionales, en la medida en la que supone perder un día de trabajo para hacer una prueba que dura unos minutos.

Que un instrumental llegue a su vida útil sin haber previsto su sustitución no es ejemplo de buena gestión por parte del socialista Antoni Gómez Arbona. Tampoco lo es que a día de hoy no haya una fecha sobre la me-sa para poner fin a esta situación anómala, que la compra de dicho mate-rial no estuviera presupuestada y que todavía no se haya convocado concurso público para su adquisición ponen de relieve el escaso com-promiso de la gerencia del Área de Salud con sus pacientes.

Los directivos del Ib-Salut han estado más ocupados en generar proble-mas donde no los había con la imposición del catalán que en garantizar una calidad asistencial razonable.

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